El proyecto sitúa la igualdad de género como un pilar fundamental en su enfoque de desarrollo, priorizando el empoderamiento de mujeres y familias a través de procesos de formación integral y la promoción del liderazgo participativo. Al brindar a las mujeres la oportunidad de adquirir conocimientos técnicos, mejorar sus habilidades y asumir roles de liderazgo dentro de sus comunidades, el proyecto no solo fomenta la equidad de género, sino que también impulsa un cambio estructural en el sector piscícola y en las dinámicas comunitarias.
Este enfoque inclusivo reconoce que la participación activa de las mujeres en todos los niveles de la cadena productiva es clave para asegurar la sostenibilidad de los proyectos piscícolas. Al integrar sus voces y perspectivas en la toma de decisiones, se logra una mayor cohesión social y se fortalece la capacidad de resiliencia de las familias y las comunidades ante los desafíos económicos y ambientales.
Además, el empoderamiento femenino contribuye a la redistribución de responsabilidades dentro de los hogares y a la mejora de las condiciones de vida, generando un impacto positivo en la salud, la educación y el bienestar general de las familias. Este proceso no solo beneficia directamente a las mujeres, sino que tiene efectos multiplicadores que alcanzan a toda la comunidad, al aprovechar el potencial completo de sus miembros para generar beneficios económicos, sociales y ambientales a largo plazo.
Al priorizar la igualdad de género, el proyecto garantiza que los avances obtenidos sean más inclusivos y duraderos, promoviendo un modelo de desarrollo sostenible que integre tanto el crecimiento económico como el bienestar social de todos los involucrados. De este modo, la igualdad de género se convierte en un motor para un futuro más justo, próspero y sostenible.